A finales del año pasado, Elon Musk, multimillonario de la industria tecnológica y fundador de SpaceX, hizo una proclamación ambiciosa: de aquí al 2022, dijo, las misiones tripuladas a Marte verán la luz del día. Con una visión de convertir la vida tal y como la conocemos en una experiencia “interplanetaria,” las ambiciones de Musk han intrigado a algunos, y hecho dudar a otros. ¿Pero, y si su plan maestro para la humanidad no fuese ni tan surrealista como parece? ¿Qué ocurriría si, a lo largo de nuestras propias vidas, un viaje a Marte fuese una opción como cualquiera al reservar nuestras vacaciones? ¿Se apuntaría usted?
Un grupo de investigadores de la Universidad Northerwestern en Estados Unidos se ha inspirado bastante con la idea. Convencidos de que lo de viajar comercialmente a Marte no se trata de algo que “quizás” suceda, sino que es simplemente un asunto de “cuándo”, han tomado el primer paso en lo que es analizar la logística sobre el planeta. Concretamente, se han enfocado en la infraestructura. Y cuando de infraestructura se trata, no hay nada que se preste mejor a la construcción que el hormigón, ¿cierto? Bueno, en la Tierra es así, pero en Marte, parece no tanto. Echémosle un vistazo a la problemática que conlleva la construcción en Marte, y a la solución que proponen los investigadores de Northwestern para una fácil integración humana cuando llegue el momento de “colonizar” el planeta rojo.
Sin agua, no hay nada
El hormigón se encuentra en cada rincón de nuestro planeta Tierra. De los romanos y egipcios que formaron sus imperios a base de él, a las metrópolis modernas que se enfrentan las unas contra las otras para ver quién construye la torre más alta, el hormigón es rey – tanto así que, cada año, se producen dos mil millones de toneladas del material, y esa cifra sólo irá incrementando.
Ahora bien, sabemos que se está preguntando: bueno, ¿por qué no producir hormigón en Marte, entonces? Si sólo fuera tan fácil. Quizás se acuerde de este post donde hablamos del rol de un gran ingrediente del hormigón: el agua. Y bueno, sucede que, en el planeta rojo, el agua no es lo que más abunda. Sin embargo, este pequeño obstáculo no desanimó al equipo, y por su compromiso, disfrutaron de un momento de iluminación: ¿por qué no remplazamos el agua con azufre?, se preguntaron.
Hormigón marciano: hasta luego agua, bienvenido azufre
Cuando se encuentra en Marte… mejor utilizar los recursos a su alcance. Como el agua no es uno de ellos, el equipo dirigió sus esfuerzos a uno que sí los es – el azufre. Su método se puede resumir en lo siguiente: primero se funde el azufre a unos 240°C; una vez líquido se mezcla con tierra Marciana (que contiene dióxido de titanio, óxido de hierro, dióxido de silicio, óxido de aluminio, entre otros ingredientes), que juega el papel de conglomerado, y se deja enfriar. El azufre se solidifica, uniendo el conglomerado, y el resultado final es nada más y nada menos que hormigón: ¡de la variedad Marciana!
Par testear su método, los investigadores se subieron las mangas, por supuesto. Y sus conclusiones no dejan de sorprender – se determinó que la mezcla perfecta para elaborar hormigón Marciano contiene 50% de azufre y 50% de tierra Marciana, con un tamaño máximo del conglomerado de 1mm (si las partículas del conglomerado son pequeñas, más pequeños son los poros, y mayor la resistencia). Y con una resistencia superior a 50 megapascales, se entiende que la integridad estructural de las edificaciones no será comprometida. Otro punto interesante que se observó: ¡el hormigón Marciano se puede reciclar! Sólo hace falta fundir el azufre y reutilizar como guste. También resulta que es mucho más económico utilizar azufre de lo que sería llevar los materiales de toda la vida hacia Marte, por lo que podría llegar a ser el ingrediente por excelencia de la construcción futura.
Y usted, ¿dónde se ve en cinco años más? ¿Explorando Marte, tal vez?
Fuentes:
https://www.technologyreview.com/s/545216/materials-scientists-make-martian-concrete/
https://phys.org/news/2016-01-martian-concrete-materials-red-planet.html